miércoles, 20 de febrero de 2013

La leyenda del Paréntesis Recto


La leyenda del Paréntesis Recto, dos puntos. Abre paréntesis. Porque paréntesis hay varios, pero el recto, el famoso y tan poco utilizado paréntesis recto, tiene una leyenda negra que se origina en la antigua Grecia de los griegos de antes, los capos, no estos de ahora que están con un pie adentro y otro afuera.
Pero vayamos al grano. Érase una vez un tipo al que se le ocurrió empezar con un paréntesis, pero no cerraba la idea. Entonces pensó que en una de esas podría referirse a la invención de unos novedosos porotos transgénicos que no producen gases, algo que la comunidad internacional mucho agradecería, en particular quienes comparten su tiempo con personas que andan a los pedos o lo que es peor viven en una nube de pedos.
Como no le copaba de manera suma esa idea, decidió explayarse sobre la famosa leyenda del Paréntesis Recto, que como ya fue dicho tiene su origen en la Grecia del Partenón recién estrenado o quien sabe, más o menos cuando sucedió el asunto de aquel visionario soldado que para avisar que habían ganado una batalla a los persas inventó los maratones y no contento por si fuera poco corrió uno para demostrar que aquello era humanamente posible, aunque hasta por ahí nomás como bien se pudo comprobar. Gran protoatleta gran, profesional y abnegado como pocos en el arte de apurarse a dar una noticia.
Pero volviendo al tema, el griego que inventó el paréntesis recto tampoco era escultor, filósofo o samurai, cosa que hubiera sido toda una novedad para la sociedad helena de entonces. Era un tipo común este antepasado del famoso Zorba de Solymar, de épocas pretéritas eso sí, es decir de los tiempos del Ñaupa, que es una expresión muy linda pero nada helénica -a diferencia del paréntesis recto- pues tiene su origen en tierras americanas.
Cuenta la leyenda que una vez iba este griego caminando por Atenas pero pensando en Welcome, que sucede, porque en el barrio el que no es de uno es de otro. Ahí se le ocurrió inventar los paréntesis rectos en honor a su padre, un tipo muy honorable, sencillo y con una trayectoria intachable. Por eso la idea fue crear unos paréntesis rectos y no unos obtusos o emperifollados.
Continúa contando la leyenda que la emoción del padre fue tanta que murió de la emoción y que la posterior emoción de la madre fue tanta que lo mismo. Es por estas dos añejas retiradas imprevistas que los paréntesis rectos no se usan mucho.
Desde tiempos inmemoriables –es decir desde ese momento- los paréntesis rectos están acompañados por una leyenda negra que dice que traen mala suerte al punto que pueden causar fallecimiento, mal aliento, calambres en horas de sueño o incluso orfandad si espichan ambos progenitores al unísono. Por eso el uso de este tipo de paréntesis es limitado como volante de marca uruguayo, como whisky importado en fiesta con canilla libre, como patrulleros disponibles en la seccional correspondiente o como cualquier SRL que no vaya contra su principia esencia.
Resumiendo y que quede claro: es debido a lo recién contado que los paréntesis rectos se usan tan poquito. No es por un tema de caligrafía ni para evitar complicaciones a los que tienen mal pulso. No señor. Es porque son yeta y punto. Como los marines gringos en país ajeno. Más claro imposible. Cierra paréntesis.