lunes, 16 de agosto de 2010

Diez razones por las que el lehmeyún se va a comer a la pizza en dos panes

Cada vez es más notorio el aumento del consumo de lehmeyún entre los orientales. Algo similar ya nos había pasado con las hamburguesas en los carritos y con el pororó en los cines. Así que no es de extrañar que dentro de un tiempo el lehmeyún supere a la pizza entre la preferencia de los connacionales. Tal vez ese sea su siguiente paso, luego de dejar de ser una comida exótica y convertirse en un producto casi infaltable en bares y piringuindines varios. He aquí 10 razones que avalan este cambio.

1- Tiene carne. En esto no hay pizza que se le comparé, por más buena que esté la salsa. Al uruguayo le gusta la carne. Punto y pelota. Además también se le puede poner muzzarella.

2- Masa fina y crocante. La masa del lehmeyún puede ser más o menos gruesa, pero nunca va a suceder con ella lo que pasa con algunas pizzas y fainás que se pueden degustar por ahí. Es imposible que a uno le toque un lehmeyún tan odioso como un fainá grueso sacado de mitad del tacho, cuando uno gil como siempre se olvida pedir de orillo.

3- Picante y con limón. Para los muchos que gustan de cosas picantes o echarle limón a todo, el lehmeyún es una bendición que se agradece con una devoción cuasi religiosa.

4- Bajo precio. En materia de precios al consumidor compite de igual a igual -diría Omar Gutiérrez- con la pizza, el fainá, el chorizo al pan y la hamburguesa con dos sabores. El rico lehmeyún está al alcance de la clase media uruguaya, lo que no es poca cosa.

5- Aceptación popular. La gente los pide cada vez más. Ante esto, no hay con qué darle. Al paladar del pueblo le gusta este plato de procedencia armenia. No se puede decir lo mismo de otros productos extranjeros que no cuajaron en el gusto nacional, como ser los malvaviscos, la Tab, el sushi, el vino con sandía, el refuerzo de tortilla de papa o la polenta con pajarito.

6*- Se puede acompañar con casi cualquier bebida. Lo más común suele ser con cerveza, refresco o vino tinto, pero también se lo puede degustar con agua (en sus variantes con y sin gas), jugos frutales, leche achocolatada, caipirinha y licor de huevo. Es más, con un leve roceado de vodka más un chupito de tequila queda de maravilla.

7- Fast food**. Sale tan o más rápido que el más veloz de los platos o comidas que se pueda pedir en cualquier sitio. Esto no es menor, sabido que en algunos lugares los mozos suelen tardar un buen rato en volver con lo solicitado.

8- Viene congelado. Otro puntazo. Lo que viene congelado y se come por obra de un simple calentamiento en el microondas le saca varios cuerpos de ventaja a cualquier otro alimento.

9- Apoyo colectivo. No hay que ignorar que el lehmeyún cuenta con grandes capitales que aportan para su notable inserción en el mercado gastronómico local. Entre estos se cuentan los hermanos Rupenián, el deté Sergio Markarián y el recordado lateral papal Murad Dejellatián.

10- La pizza en dos panes tiene que ser horrible.

(*) 6: Lindo número el seis. Es el que usaba Paolo Montero en una época. Además tiene forma de muchas cosas, aunque esto depende del 6 en cuestión. Puede ser el rulo de Clark Kent o los restos de un espiral matamoscas, por ejemplo.

(**) Fast food: Literalmente "Comida Rápida". Es similar a aquello de "comida al paso", aunque suele tener cierta connotación negativa, asociada a tratarse de un alimento insano. En el caso del lemehyún, habría que estudiarlo, así que por ahora está libre de pena.

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