miércoles, 30 de junio de 2010

No cambies nunca

Algo bueno tiene que tener el frío, que si quiere dicho sea de paso ya puede ir perfilándose para otras tierras y dejarnos tranquilos. ¿Y qué tiene de bueno? Esteee... Las mandarinas. Seamos concisos. Dejémonos de vueltas al santo pepe que después se termina la página y quedan cosas pendientes.
Las mandarinas son de lo poco bueno que hay en esta época del año. Son ricas, sanas, refrescantes, económicas, fáciles de pelar, sirven como amansaloco y tienen el mismo color que la camiseta de Sud América. ¿Qué más se puede pedir?
Lo primero a destacar de tan noble fruto es que cumple la exigente regla de las tres B. Es buena, bonita y barata. Quince pesitos el kilo en una reciente adquisición almacenera. Y antes que eso, antes que los pesos, previamente nos gana con su porte. Ese tamañito tan fácil de agarrar y trasladar. Esa coloración tan agradable. Esa textura exterior tan placentera al tacto. Ese aroma tan fresco, envidiable y atrapante. Esa elegancia con que viste la frutera de plástico verde barato.
Por otra parte, la tarea de quitarle esa especie de relámpago blanco y vegetal que tiene cada gajito y dejarlo limpio perfecto, como quien se saca arena de entre los dedos del pie luego de un día de playa, funciona como un buen amansaloco. Que además es ecológico además. Que resulta ideal para momentos de estrés, meditación o simplemente hacer pasar el tiempo en el diario afán de transcurrir apaciblemente la jornada laboral hasta que llegue el momento de abandonar el yugo cruel de las 40 horas semanales.
¡Cómo no decir nada de su color! El más lindo del mundo. El color del fuego, los camiones de la Intendencia y la mayoría de las trinchetas. Que una casualidad hizo que coincidiera con la camiseta de esa gloria inmortal llamada Institución Atlética Sud América.
Lo único negativo que se le puede encontrar a tan sublime fruta es el riesgo de abrir una mandarina y que esta esté seca. Pero eso se puede evitar con cierto conocimiento.
¿Cómo hacer para saber si está buena o no? Ante esta duda mi amiga Viqui Pedia creo que me dió un buen consejo, aunque nunca termino de fiarme cien por ciento de ella. Según dice ella, al igual que cualquier otro cítrico una mandarina si es jugosa debe ser pesada, así que recomienda elegir las que pesen más en relación con su tamaño. Además, que las mejores son las que tienen la piel blanda pero no arrugada y bien pegada a los gajos. Pegada a los gajos. Por último, más que el color importa el olor, dulce e intenso cuanto más madura.
¡Oh, mandarina mandarina! ¡Oh, fruto del mandarino, árbol parecido al naranjo pero más pequeño y delicado! ¡Oh, cítrico con gajos de pulpa conformada por numerosas vesículas llenas de jugo! ¡Oh, pariente cercana de la naranja, levemente achatada en los polos! ¡Oh, producto originario de lejanas zonas tropicales asiáticas que tan bien te adaptaste a las tardes de sábado en el Parque Fossa!
¡Gracias por hacernos más llevadero el cruel invierno! ¡Gracias por ser tan refrescante, dulce y jugosa! ¡Gracias por tu tamaño pequeño, tu sabor aromático y la facilidad con que se puede pelarte! ¡Gracias por tu efecto saciante y tu vitamina C, entre otros sanos aportes! ¡Gracias... totales!

domingo, 13 de junio de 2010

Consejos para disfrutar aunque no le guste

Ya sabemos que a usted no le gusta el fútbol, pero no puede negar que se enteró que ayer la gloriosa Celeste debutó contra el representativo galo en una nueva edición del certamen que congrega a las mejores selecciones nacionales del planeta. Las 32 mejores, para ser más precisos.
Aunque lo desee, usted no puede escaparse de un Mundial de Fútbol. No sea ingenuo.Otros ya lo intentaron antes. ¿Acaso no sabe que es en Sudáfrica o que hay un futbolista portugués metrosexual que se llama Cristiano Ronaldo? No niegue la realidad. Lo mejor es rendirse a la evidencia, relajarse y disfrutar en la medida de lo posible. Así que a continuación van algunas sugerencias para amenizar estas semanitas que pronto serán recuerdo.

Vea sufrir al prójimo. Poca cosa hay más reconfortante que ver sufrir a los hinchas de algún equipo. Puede ir a un bar y sentarse durante un partido de Uruguay en alguna mesa libre, o sea en las que no tienen visión directa al televisor, y observar las diversas reacciones y emociones que despierta el principal deporte. Preste especial atención en los minutos finales, fácilmente reconocibles por la compulsión de los televidentes a ver su reloj pulsera y luego formular algún comentario breve hacia uno de sus lados.

Participe en una penca. Actividad altamente recomendable es completar alguna penca mundialista. No es necesario saber mucho. Si hurga un poco en su memoria y otro poco se guía por la intuición y el sentido común podrá divertirse en gran forma. Seguramente al finalizar la penca usted quede mejor posicionado que casi todos sus conocidos que creen ser grandes futboleros. Refriégueles el resultado cuando haya bastantes personas en común alrededor.

Vea publicidad. Seamos claros: la publicidad mundialista es infumable y atomizante. Lo sabemos. Los publicistas creeen que en esta época la única forma de vender un colchón, una lapicera o un paquete de galletas de arroz es vincularlo al representativo nacional del dichoso balompié. Observe con atención y verá publicidades bastante chotas que prometen pantallas planas y otros menesteres. De todas formas, tenga cuidado con la sobreexposición a tanta porquería.

Haga compras. Es ideal y muy recomendable en horarios de partidos importantes. No solo no habrá fila en la caja del supermercado ni en la fiambrería del mismo, sino que podrá incordiar a los empleados que con altas dosis de bronca y resentimiento contenido hacia el otro -especialmente hacia su jefe- pretenden seguir un partido con un auricular semiescondido entre sus ropas.

Pregunte. Preguntar es bueno. Siempre le dicen eso a uno desde que es un purrete que corretea por las veredas de baldosas grises a cuadritos. Hay muchas preguntas que pueden resultar muy divertidas. Una de ellas es la clásica ¿Quién está jugando? Pero hay más: ¿Cuál es Peñarol? ¿Si gana sale campeón? ¿Por qué los de celeste se mueven menos? ¿Ese es el que en Europa hace muchos goles?
Pero atención: es importante que formule la pregunta en el momento preciso. Por ejemplo, cuando el interrogado está con problemas de respiración, extrema sudoración o llamativa palidez. Si tiene la oportunidad no deje de hacer preguntas irascibles durante una definición por penales.

Acuse. Otra cosa divertida es poner en evidencia a aquellos que dejan de cumplir sus obligaciones, ya no por ver jugar a Uruguay o algún otro partido interesante, que se disculpa, sino a los que faltan a su trabajo o a sus responsabilidades -por citar dos casos comunes-, para poder observar un match de Corea del Norte, Suiza o el tercer partido de Honduras, cuando el único interés sea ver cuántos goles se llevan de regreso para su patria.

martes, 8 de junio de 2010

Bu ó mu

-Bu.
-Mu.
-¡Bu!
-¡Mu!
-¡Bu, carajo!
-¡Mu, zapallo!
-¿De dónde lo sacaste?
-De la sartén, ¿y vos?
-Bu... eno.
-Mu... rite.
-Es buñuelo.
-No, muñuelo. De muñón. Porque tiene la forma de un muñón.
-¡Serás bestia!
-Tiene su lógica. Mu-ñón. Mu-ñuelo. Viene de España. Un muñuelo es más chico que un muñón y tiene la misma forma, o sea que es un muñón pequeñuelo. Un muñuelo. ¿No tiene su lógica?
-¡Le estás errando el bizcochazo, titán*!
-¿Tu teoría cuál es?
-Un buñuelo es un grumo gótico, un bulto catalán, una fruta de sartén.
-Cómo sea. Menos charla y terminá la masa de una vez.
-Como usted ordene, capitán**.
-Así me gusta, pibito.
-El Pibe Parabiaguito, ¿te acordás?
-No se me distriga y continúe amasando.
-¿Quién estaba amasando, vos o yo?
-Te perdiste en el diálogo, carcamán***.
-¿Y qué dice el veredicto popular, Julio César?
-La última encuesta publicada esta semana por Equipos Trufi señala que el 59 por ciento de los entrevistados dice que se dice buñuelo, el 23 por ciento dice que se dice muñuelo y el restante 18 por ciento dice que no les importa un joraca esta encuesta, por lo cual se perdieron una hermosa lapicera retráctil con el logo de la empresa.
-¿Soy yo o me parece?
-¿Qué cosa?
-Una cosa que empieza con bu... y termina con lo.
-¡Bulo!
-Falso.
-¿Otra pista?
-Tiene forma de muñón.
-¡Muñelo!
-Esooooooooooooo. Buñuelo.
-Muñuelo, Juan Sebastián****.
-Dejémoslo así. Veo que no nos vamos a poner de acuerdo.
-Puede que tengas razón.
-¡Pará! Tengo una idea. Si es dulce, buñuelo, y si es salado, muñuelo.
-Esooooooooooooooooo. Así te quiero, Iván*****.


(*) Titán: Fortachón, tipo que se destaca por alguna cualidad. Vg: ¡Alcanzame esas bolsas de portland, titán!

(**) Capitán: hombre que luce un brazalete en el brazo de su brazo predilecto, la cual le autoriza a protestar cualquier cosa al árbitro del encuentro. Vg: ¡Pero Filippi! ¡Eso no es sangre! ¡Pruebe y va a ver que el muy sotreta del rival se tiró ketchup en la cara!

(***) Carcamán: Persona de muchas pretensiones y poco mérito. También se usa para denominar adultos mayores de cierto prestigio venidos a menos. Vg 1: ¡No te puedo! ¿El carcamán ese todavía sigue saliendo en televisión? Vg 2: ¡No te puedo! ¿El carcamán ese todavía sigue estando en el Parlamento? Vg 3: ¡No te puedo! ¡El carcamán ese se está matando a la rubia!

(****) Juan Sebastián: nombre compuesto del personaje en cuestión. Sus padres le pusieron así en homenaje a su muy pretérito tocayo Juan Sebastián Elcano. Vg: Juan Sebastián, haceme el favor y andá al almacén a traerme 200 gramos de mortadela y 150 de queso de sándwich; pero no te demores dando vueltas, que te conozco.

(*****) Iván: nombre del personaje en cuestión. Sus padres lo bautizaron así porque les gustaba ese nombre. Si era niña se iba a llamar Valeria. Vg: Iván, haceme el favor y andá al almacén a traeme medio quilo de dulce de membrillo; pero traeme el ticket, que vos con el vuelto sos terrible.

viernes, 4 de junio de 2010

Encuentran el eslavón perdido

Finalmente apareció. Tras años de intensa búsqueda por parte de los bomberos, la policía, grupos ecologistas, vecinos solidarios organizados en cuadrillas y perros amaestrados, apareció Marko Pavlic. El gigante de 2,18 (misma altura que Brad Kanis, el yanqui que juega en Capitol, es de Trouville y había venido antes a Welcome) se había perdido tras la fractura de la ex Yugoslavia, en el último año capicúa del siglo pasado, léase 1991.
George Campbell, conocido eslavista –especialista en temas eslavos- radicado en Liubliana (capital de Eslovenia) confirmó la noticia a la prensa internacional el pasado martes, mediante un correo electrónico cuyo asunto era corto, concreto y llamativo: “apareció el eslavón perdido”. Esa misma tarde Campbell fue asediado por la prensa, ávida de este tipo de noticias. El miércoles por la mañana, los medios conocieron el caso de Pavlic en persona.
El entonces joven Marko Pavlic, fracasado basquetbolista devenido en estudiante de Física Cuántica, asustado por las bombas que caían en su ciudad durante la Guerra de la Ex Yugoslavia, puso pies en polvorosa y arrancó para el monte con el objetivo de no ser blanco de alguno de los típicos combates étnicos que por entonces asolaban la región. Cuando la guerra terminó, como no estaba ni entre los vivos ni entre los muertos, y considerando una cartita que había dejado escrita, dedujeron que seguiría en el bosque donde se había refugiado.
Durante años la sociedad eslava*, si es que existe, lo buscó sin suerte. Hasta ahora. Marko Pavlic pudo ser encontrado gracias a la felación que Caperucita Roja le hizo a un policía. Días atrás Roja había visto a Pavlic defecando entre los yuyos, cosa que denunció a un agente del orden de su ciudad.
Frente al asedio de los periodistas Pavlic admitió haber sentido miedo durante todos estos años. “La verdad me asusté bastante. Desde que me perdí anduve sin rumbo fijo, deambulando por los bosques de la región, a merced de osos, lobos y otros animales por el estilo. Incluso sufrí el ataque de unos hinchas del Fenerbahce turco que pasaban por ahí, pero de eso prefería no hablar porque me remueve cosas”.
Interrogado sobre el futuro, Pavlic, quien ahora tiene 43 años, respondió: “Por ahora no sé a qué voy a dedicarme. Tengo claro que la Física Cuántica no es lo mío. Por otra parte mi representante recibió ofertas para participar de un reality show en España, aunque también me gustaría cantar en el Festival de Eurovisión. Tampoco descarto volver al básquetbol, pues hay una oferta de 25 de Agosto, que está complicado con el descenso”.
Antes de retirarse de su comparecencia ante los micrófonos, el alto eslavo –de ahí lo de eslavón-, aprovechó la instancia para demostrar su agradecimiento hacia Caperucita Roja. “Gracias a ella hoy estoy acá entre ustedes, así que le debo una. Me gustaría conocerla personalmente para demostrarle mi gratitud. Todos me hablaron muy bien de ella, en especial el policía”, comentó Pavlic.


(*) Eslavo: Los eslavos fueron un pueblo antiguo que se extendió particularmente por el noreste de Europa. No hay que confundir eslavo con habitante de Eslovaquia o Eslovenia. Esos son eslovacos y eslovenos respectivamente, países que si bien estarán en la cita mundialista de Sudáfrica, no tienen gran historial. En verdad a Eslovaquia con Checoslovaquia y a Eslovenia con Yugoslavia no les fue mal, pero eso no cuenta. Lo pasado, pisado. Si el paneslavismo no dio sus frutos, es tema de ellos. O sea que en el medallero no están muy despegados de Zaire, que fue a Alemania ’74 y se comió un tuco de proporciones ( 3 jugados, 3 perdidos, cero gol a favor y 14 en contra).

Fe de erratas: Otra vez el duende de las imprentas. En el tercer párrafo, donde dice felación, debe leerse delación. Estimado lector, sepa disculparnos como disculpó a los gorilas; incluso con un poco menos ya alcanza.