jueves, 13 de septiembre de 2012

Cata evolutiva de una botella de caña con butiá


Día uno
Como dijo Paul McCartney, siempre hay una primera vez. Acicateado por la bolsa de butiá que el amigo Osvaldo trajo de Rocha, acabo de comprar una botella de caña para preparar un buen beberaje mezcla de dicho alcohol y frutos de la palma butiá; producto ancestral (dentro de lo que se puede) de nuestra gastronomía local, preparación alcohólica de raigambre en el este del paisito, elixir básico del ser oriental, maceración clásica a nivel familiar, cosa para embuchar y para qué decir más.
Hoy es el día uno, como bien indican las negritas. Hoy corresponde la elaboración. Luego será tiempo de degustar el líquido manjar telúrico.

Día dos
La patrona dice que no, pero sí. Vamos a probar a ver qué tal. Para ver qué cambió en 24 horas. A manera de aventura. Además, vida hay una sola. Mmmm… Todavía le falta, para que mentir.

Día tres
Le sigue faltando, aunque un poquitititito menos. Hemos tomado cosas peores, acota telepáticamente el hígado más cercano.

Día cuatro
Le sigue faltando pero se le nota un qué se yo. ¿Cuántos días había dicho Osvaldo que hay que esperar?

Día cinco
Confirmado. Se puede beber sin riesgos, pero le falta para equipararse a una cosa que se pueda ofrecer a los amigos. Si ayer se dejaba beber, hoy un poco más.

Día seis
¿Era un mes o una semana? Extrañamente en estos días se ha evaporado más contenido del previsible. Cosa ‘e mandinga.

Día seis Segundo buche
¡Qué jugador que anduvo poco el Mandinga Percudani!
Tiene razón la patrona. Vamos a dejar algo para otro día. La milanesa & puré baja mejor con agua de la canilla que con caña.

Día siete
Le falta, pero tá. Alcanzar la perfección no es changa, así que no nos pongamos exigentes.

Día ocho
¿Cuánto había dicho Osvaldo? ¿Un mes, una semana o un rato y dale que es tarde? Eeehhhh…. Y dale que es tarde, creo que dijo.

Día ocho Buche dos (doble ración para disimular)
Dada la proximidad de la Fuente del Puma con los Palmares de Rocha, no se explica cómo la Salus no hace cerveza con un toque de caña con butiá. Habrá que investigar el asunto, porque ahí hay algo turbio.

Día ocho Buche tres (doble ración, es viernes)
Lo turbio es la caña con butiá, acota la patrona mientras guarda la botella en un lugar desconocido.

Día nueve
Ya se puede decir sin temor a equivocarse que se siente el gusto a butiá y que el contenido de la botella (recuperada) bajó más de lo previsto.

Día diez
La caña se va sin avisar. La patrona tiene razón, la botella debe estar perdiendo por algún lado. Yo opino que por abajo. Ella que por el pico.

Día eleven
Queda poco y nada. Algo de sabor tiene, para qué mentir. Capaz que Osvaldo había dicho un mes, pero donde manda capitán no manda marinero y si hay vamos a darle.

Día doce
Especie en peligro de extinción. Se siente el gusto a butiá bastante clarito.

Día doce Buches reiterados
Se van, se van los patos, los últimos charrúas se van, popotito y consentidas, línea maginot se va. Salud, pueblo oriental.

Día trece
Mala suerte. Yeta. Estaba rica la papa. No queda nada. Después de cuatro horas con la botella boca abajo solo cayeron unas gotas. Con más tiempo de reposo debe quedar mejor. Es lo que hay, valor. Como mucho queda chupar algún coquito de butiá.

Día trece Balance final
Se sugiere repetir la operación. Se pasa a votar. Moción aceptada por unanimidad. Se eleva solicitud de butiá al amigo Osvaldo. Se espera respuesta positiva. Más le vale.

No hay comentarios:

Publicar un comentario