miércoles, 14 de diciembre de 2011

Aprendizaje panamericano


Los recientes Juegos Panamericanos de Guadalajara nos dejaron una pequeña gran enseñanza. Basta observar el medallero final para ver que no estamos hechos para grandes cosas. Obtuvimos 5 medallas –ningún oro- y como que a nadie le importó demasiado.
A la única que le prestamos un poco de atención fue a la del deporte rey, más conocido como balompié y más aún como fútbol. Llegamos al bronce con un cuadro medio rejuntado e incluso merecimos la de plata porque en semis a los porte les apedreamos el rancho*, lo que muestra a las claras y a las yemas que si nos hubiéramos puesto un poco las pilas estábamos peleando el oro.
En otras disciplinas alcanzamos incluso a disputar finales y a nadie se le movió un pelo. O sea, acá es fútbol y poca cosa más.
Que quede claro que no se trata de censurar la práctica de los otros deportes. Nada que ver. Cada cual que atienda su juego. En eso estamos de acuerdo. Todo suma y si viene alguna otra presea mejor, pero lo nuestro es el balompié. Que los gringos, cubanos, brasileños y canadienses se preocupen por el medallero. Nosotros con el oro en fútbol ya estamos pipones.
Salvo excepciones, el uruguayo que no es futbolista es futbolista frustrado. El que es empleado, doctor, diputado o domador de elefantes está ejerciendo su segunda opción (o pior enclusive). Primero probamos con el balón y si vemos que no se nos da arrancamos para otra actividad productiva (o presuntamente productiva, como el arte en general y el Salón Nacional de Artes Visuales en particular).
Debemos tener aprendido que observar el medallero no nos puede confundir. No nos importa. No está hecho para un paisito de morondanga. Que se preocupen los otros por destacarse en disciplinas ignotas como carrera en patines, ping pong o saltar en bmx.
Acá somos pocos, nos gusta el principal deporte y no nos va tan mal. Así que sigamos así. ¿A quién le podemos pasar el trapo por sacar medallas en frontón o por andar en barquito a vela? Felicitaciones a los compatriotas, pero con eso no asustamos a nadie.
Yendo a casos concretos. Ecuador: 7 oros y 24 medallas; pero si uno va al detalle anduvieron finos en levantamiento de pesas, patinaje, boxeo y rácquetbol. Guatemala, otro caso: 7 oros y 15 medallas; se destacaron en tiro, bádminton y atletismo de larga distancia.
Con nuestras humildes medallas quedamos detrás de Bahamas, Antillas Holandesas e Islas Caimán. ¿Acaso hay que preocuparse por eso? ¿Entristecerse tan siquiera? Nopo. Si los jamaiquinos quieren especializarse en correr rápido una cuadra es su problema. Lo mismo los colombianos con el patinaje o los keniatas con las carreras de fondo. Allá ellos y acá nosotros. Fútbol y tá. Porque lo otro que nos gusta es el básquetbol, pero como que por ahora no se nos está dando.
Así que concentremos energías en lo que nos gusta, que casualmente nos va bien y es el principal deporte, en el que todos quieren andar derecho y no muchos pueden. Miren a los chilenos, por ejemplo, la desesperación que tienen y todavía no ganaron nada.
Así que tá. Aguante los deportes menores, pero sabemos cuál es nuestro nicho de mercado para los próximos panamericanos en Toronto 2015: meterla donde cagan las arañas y que vayan a llorar al cuartito. Y después cantar, a coro con la hinchada: Duro, duro, duro, duro, duro, ahora el medallero se lo meten en el piiip… culo.

(*) Opinión subjetiva de hincha, por supu.

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