miércoles, 28 de diciembre de 2011

La terrible suerte de Kiribati*


Aclaremos dijeron varios tamberos de Florida y le estaban echando agua a la leche. Primero lo primero. ¿Qué carajo es Kiribati? Suena a lo que es: unas islitas perdidas en medio del océano. ¿El paraíso en la Tierra? Mmmmmmm…. No tan así, para ser honestos. Le anduvieron cerca, pero no.
Kiribati es un país compuesto por 33 islas cerca de la Polinesia Francesa, allá por Oceanía. Arena blanca, agua cristalina y palmeras. Una verdadera postal.
Según parece están habitadas por nativos hace más de 2.000 años. Estaba todo liso como moña escolar en fiesta de fin de año hasta que llegaron los ingleses en representación del mundo civilizado. Los de la pérfida Albion se instalaron ahí ya entrado el siglo XIX. Hace poco, si se quiere.
A partir de ahí esas islas (y varias más) fueron colonia de los británicos durante décadas. En su caso hasta que en la Segunda Guerra Mundial llegaron los hombres que sospechan (los japoneses). A los que todo fotografían se les dio por conquistar la zona. Pero por poco, porque en 1943 otra avanzada de civilización (los yanquis) llegaron a sacar a los de ojitos rasgados y tuvo lugar una batallas más sangrientas que hubo por ahí. En total murieron como 6.500 y de los ponjas solo sobrevivieron 17.
Pero tá, todo concluye al fin incluso las guerras mundiales. Los ingleses retomaron el control de la situación. Parecía que podía pintar tranquilidad, pero tampoco. A los del té a las cinco se les ocurrió que era buen sitio para probar bombas atómicas, así que dale que es tarde.
Más cerca en el tiempo, durante los ’80 Kiribati estaba superpoblado y hambriento. Según la ONU era uno de los países más pobres del mundo (porque ya eran república independiente, ojo).
En esos años alguno les empezó a avisar, pero ahora lo ven más claro. Se diría que Kiribati es un país cagado por las palomas, porque todavía le faltaba la frutilla de la torta, el último aporte cultural trascendente del mundo civilizado.
Ahora resulta que el calentamiento global les vino a complicar la existencia y según los que saben aguantarán medio siglo (década más, década menos). ¿Motivos? Los tapa el agua; en sentido literal.
El calentamiento global hace que suba el nivel del mar y como estas son islas de poca altura: chau Kiribati. En serio. Al punto que el presidente anda moviendo sus influencias para ver quién quiere hospedar ad eternum a sus conciudadanos. Sin mucho éxito parece porque hasta ahora solo Nueva Zelanda demostró cierto interés.
Acá es donde nos puede interesar el tema. Es cuestión de darle unos manijazos a Mujica e invitarlos a que se vengan todos para el paisito. Hace tiempo que Don Pepe anda invitando chinos, bolivianos o europeos y nadie le da pelota. Estos otros andan con ganas y apenas son algo más de 100.000, así que por falta de lugar no va a ser.
No tendremos la garantía de que sean laboriosos como los chinos o bajitos como los bolivianos (y seguro no tienen la guita de los jubilados alemanes), pero probablemente alguno pueda reforzar a los Teros ya que por Oceanía se llevan bien con la pelota ovalada.
Según información fidedigna se dedican al sector servicios y a la pesca. O sea que nos vienen como anillo al dedo. Que se traigan todas las palmeras que puedan y los mandamos derechito para Rocha a dedicarse al turismo y la pesca artesanal. Y ya que estamos a la fabricación de collares y cotillón para fiestas, que les debe quedar muy bien.


(*) Historia basada en hechos reales.

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