Sí. Sigue dando criollos el tiempo. El pasado lunes el joven
Jonathan Pírez alcanzó una marca que lo posicionará en el famoso libro de récords
mundiales Guinness. Su mérito fue superar el registro del marroquí Abdullah
Hassan, quien en octubre de 2011 había permanecido interrumpidamente durante 84
horas, 51 minutos y 13 segundos en un juego mecánico del parque de atracciones
de Rabat similar al tradicional “Mambo” del Parque Rodó montevideano.
Apenas bajado del juego, Pírez fue abordado por este
prestigioso medio. He aquí sus primeas impresiones y reflexiones tras la increíble
proeza.
¿Qué se siente?
Musiquita.
¿Y el cuerpo?
Musiquita.
El récord es suyo. ¿Está contento?
Un baño. Preciso un baño.
¿De quién se acuerda
en este momento?
Un baño, por favor.
Pssssssss… No se me
ocurre ninguno que esté cerca.
Aaaaaahhhhhhhh…
¿Qué hace, inmundo?
Añejado color ámbar.
¿Todo eso es suyo?
Sí. Son tres días y medio aguantando.
¡Qué vejiga!
Sí. La verdad, no puedo quejarme.
¿Le falta mucho?
Supongo que sí, pero pregunte nomás.
¿Está emocionado?
Emocionado entre otras cosas.
¿Por ejemplo?
Aturdido, cansado, tullido, magullado, hambriento,
moribundo, meado, cagado, amoratado, ampollado, afiebrado, con mal aliento,
mucho sueño y sin saldo en el celular.
¿Fue difícil aguantar
casi 85 horas girando y girando en el Mambo?
La joda me salió carísima. Por más que saqué varios abonos,
a 5 minutos la vuelta, usted saque cuentas.
¿Contó con algún tipo
de apoyo institucional?
En eso los deportes menores siempre vamos al muere en este
país. Fíjese que uno pone el nombre de Uruguay allá arriba y no le dicen ni
gracias. Sin embargo al mamboman de Francia, Holanda o cualquier otro país del
primer mundo lo tienen como un rey. Acá no te dan ni para las cremitas reparadoras.
¿Mamboman?
Sí. Así se llama al mejor ranqueado de cada sitio.
¿O sea que nosotros
tenemos al Mamboman de los Mambomanes?
Usted lo ha dicho.
¿Cuál fue el momento
más difícil del desafío?
Cuando empezaron los enganchados de Pimpinela. Pensé que no iba
a soportarlo.
¿Y la clave para
haber aguantado tanto?
Haberle dado al boletero todos los tickets cuando me subí.
Sino capaz que dejaba alguno para venir otro día con más solcito.
¿Cómo pudo soportar
el frío invernal?
La semana pasada hice un aclimatamiento en Cabo Polonio.
Todos los días salía a caminar por la playa descalzo y de musculosa, con alguna
que otra zambullida en el océano de vez en cuando. Sin toalla para la salida,
que conste.
¡Salado!
El mar estaba salado, solodo ostobo lo mor.
¿Cómo se alimentó
durante la prueba?
Aguanté a base de croquetas de arroz, queso semiduro y
bloquecitos de dulce de leche.
¿Y de tomar?
Agua de la canilla con pajita. Poca, cosa de no forzar mucho
la vejiga.
¿La familia vino a
acompañarlo?
Mi señora vino ayer de tarde en un taxi, dejó un par de
valijas con mis cosas y se fue.
¿Lo abandonó?
Efectivamente. Pero con aviso. Me había dicho que si hacía
esta pavada, esas fueron sus palabras, se iba a buscar otro macho.
¿A quién le dedica
este logro, entonces?
Al marroquí Hassan… que le den.
¿Otra oportunidad?
No precisamente.
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