sábado, 4 de agosto de 2012

Otro uruguayo al Guinness


Sí. Sigue dando criollos el tiempo. El pasado lunes el joven Jonathan Pírez alcanzó una marca que lo posicionará en el famoso libro de récords mundiales Guinness. Su mérito fue superar el registro del marroquí Abdullah Hassan, quien en octubre de 2011 había permanecido interrumpidamente durante 84 horas, 51 minutos y 13 segundos en un juego mecánico del parque de atracciones de Rabat similar al tradicional “Mambo” del Parque Rodó montevideano.
Apenas bajado del juego, Pírez fue abordado por este prestigioso medio. He aquí sus primeas impresiones y reflexiones tras la increíble proeza.

¿Qué se siente?
Musiquita.
¿Y el cuerpo?
Musiquita.
El  récord es suyo. ¿Está contento?
Un baño. Preciso un baño.
¿De quién se acuerda en este momento?
Un baño, por favor.
Pssssssss… No se me ocurre ninguno que esté cerca.
Aaaaaahhhhhhhh…
¿Qué hace, inmundo?
Añejado color ámbar.
¿Todo eso es suyo?
Sí. Son tres días y medio aguantando.
¡Qué vejiga!
Sí. La verdad, no puedo quejarme.
¿Le falta mucho?
Supongo que sí, pero pregunte nomás.
¿Está emocionado?
Emocionado entre otras cosas.
¿Por ejemplo?
Aturdido, cansado, tullido, magullado, hambriento, moribundo, meado, cagado, amoratado, ampollado, afiebrado, con mal aliento, mucho sueño y sin saldo en el celular.
¿Fue difícil aguantar casi 85 horas girando y girando en el Mambo?
La joda me salió carísima. Por más que saqué varios abonos, a 5 minutos la vuelta, usted saque cuentas.
¿Contó con algún tipo de apoyo institucional?
En eso los deportes menores siempre vamos al muere en este país. Fíjese que uno pone el nombre de Uruguay allá arriba y no le dicen ni gracias. Sin embargo al mamboman de Francia, Holanda o cualquier otro país del primer mundo lo tienen como un rey. Acá no te dan ni para las cremitas reparadoras.
¿Mamboman?
Sí. Así se llama al mejor ranqueado de cada sitio.
¿O sea que nosotros tenemos al Mamboman de los Mambomanes?
Usted lo ha dicho.
¿Cuál fue el momento más difícil del desafío?
Cuando empezaron los enganchados de Pimpinela. Pensé que no iba a soportarlo.
¿Y la clave para haber aguantado tanto?
Haberle dado al boletero todos los tickets cuando me subí. Sino capaz que dejaba alguno para venir otro día con más solcito.
¿Cómo pudo soportar el frío invernal?
La semana pasada hice un aclimatamiento en Cabo Polonio. Todos los días salía a caminar por la playa descalzo y de musculosa, con alguna que otra zambullida en el océano de vez en cuando. Sin toalla para la salida, que conste.
¡Salado!
El mar estaba salado, solodo ostobo lo mor.
¿Cómo se alimentó durante la prueba?
Aguanté a base de croquetas de arroz, queso semiduro y bloquecitos de dulce de leche.
¿Y de tomar?
Agua de la canilla con pajita. Poca, cosa de no forzar mucho la vejiga.
¿La familia vino a acompañarlo?
Mi señora vino ayer de tarde en un taxi, dejó un par de valijas con mis cosas y se fue.
¿Lo abandonó?
Efectivamente. Pero con aviso. Me había dicho que si hacía esta pavada, esas fueron sus palabras, se iba a buscar otro macho.
¿A quién le dedica este logro, entonces?
Al marroquí Hassan… que le den.
¿Otra oportunidad?
No precisamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario