Por estos días, se quiera o no, absolutamente tuitos estamos
inmersos en clima de Juegos Olímpicos. En consonancia van de seguido algunos
ítems de estas horas, para machacar la idea, revolver la herida, aportar medio
granito de arena, romper un poco los quinotos, esperar la presea dorada, dormir
la mona, adquirir un número de la rifa de arquitectura, cocinar unos panchos al
microondas, tomar un café cargado, mientras se disfruta del partido combinado
celeste versus pérfida Albión que se disputa esta tarde de miércoles y va por
televisión abierta, aunque en horario laboral, la pu que los pa.
A continuación, los ítems olímpicos mencionados previamente.
Londres. El
ombligo del mundo por una quincena o poco más. Londres hasta en la sopa.
Londres hasta el aburrimiento. Todo Londres. Aunque no hay que confundirse ya
que no todas las competencias tienen lugar en la capital británica. La ciudad
cuenta con varias subsedes, incluso en otros países; como Glasgow que está en
Escocia, a 550 kilómetros
de distancia. Así que a no desesperarse. En caso que algún día la fiel y
reconquistadora organice unos Juegos Olímpicos, si las circunstancias lo
ameritan, le podemos pasar algún evento a la hermana ciudad de Buenos Aires que
para algo la tenemos cerca.
Guevara is dead.
Ojo al piojo. Si usted está armando la valija para irse unos días a Londres
tenga presente que no podrá usar ninguna remera con la cara del Che Guevara por
temas de seguridad. Ni eso ni nada que tenga cualquier mensaje político. Si pensaba lucir una vieja camiseta de Sex Pistols por
si acaso averigüe antes, no sea cosa que pase su estadía a la sombra y se
pierda la fiesta. Sin ninguna duda le va a resultar más seguro llevar la que se
compró hace algunos años en Florianópolis, aunque tenga algún qu otro agujero.
Collazo. Es el
abanderado olímpico uruguayo. Nos enteramos todos. No por méritos propios que
los tiene sino por el quilombete previo que se hizo en cuanto a si el
portaestandarte debía o no ser Luis Suárez.
A pesar de la notoriedad lograda, lentamente Collazo vuelve a las
sombras destinadas a los deportes menores. ¿Cuál era su nombre de pila? El
Loro, no, ese es otro que ya se retiró.
Vayan pelando las
chauchas. Si pinta medalla de oro en fútbol nos vamos a inflar como ojo de
boxeador inexperto. Y si no pinta ninguna de las tres medallas vamos a estar
igual de insoportables, aunque por la negativa. Lo que está claro es que nos
vamos a empalagar de fútbol como gurí chico con frasco de dulce de leche.
Sabremos cumplir, como bien dice el himno patrio.
Wynants y pará de
contar. Dejando de lado el deporte rey, oséase el fútbol, la conquista de
medallas en otras disciplinas está bastante complicada. En ciclismo hay un
único representante, valga la redundancia. Que los de atletismo suban al podio
no está en los planes. Lo mismo para los émulos de Carlos Scanavino (eximio
nadador). ¿Y el resto? Qué pasa si gana
una medalla el que compite en tiro con escopeta prolija? ¿Hay que arrancar a
mamarse a 18 de Julio o no corresponde?
Espíritu olímpico.
Cutcsa va a empezar a volar a Buenos Aires y San Pablo, nos vamos a pagar los
millones de dólares que nos debemos de Pluna a Ancap, en Siria se siguen dando
como adentro de un gorro, sale Paraguay entra Venezuela, los contenedores de
basura no están en su mejor momento y cosas por el estilo. Andando el carro no
se acomodan los zapallos, definitivamente, pero por suerte está Londres y todos
tan olímpicos, faltaba más.
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