martes, 15 de septiembre de 2009

In situ in tutú

Hay una “raza” de individuos difíciles de comprender, entre tantas “razas” raras de difícil comprensión: los que se quedan adentro del auto. Huelga decir que, por supuesto, de este grupo están excluidos los que permanecen dentro de un vehículo por motivos sexuales apareatorios o apareativos, que es más o menos lo mismo.
Hay preguntas de respuestas insondables. Las hay políticas (¿habrá reelección?), económicas (¿cambio los dólares o no?), deportivas (¿el fútbol uruguayo está tocando fondo o todavía falta?), culturales (¿cómo puede durar tanto Tinelli?), históricas (¿quién mató a JFK?), científicas (¿por qué los trajes de astronautas son todos blancos?), carnavaleras (¿hasta cuando habrá revistas?), gastronómicas (¿cómo aún no se han inventado las tortas fritas rellenas de queso?), etcétera (¿queda mejor etcétera o etc?).
Hay muchas preguntas, está claro. Hoy, aquí y ahora, una en particular: ¿Cómo puede ser posible que alguien vaya a la rambla y se quede sentado dentro de un auto estacionado a metros de los bancos de granito? ¿Cómo puede ser posible que alguien vaya a un bar, se pida un chivito con papas fritas, y se quede sentado comiendo dentro del auto, apretando la bandeja contra el volante del vehículo de marras?
He aquí algunas respuestas de quienes incurren en esta desviación conductual. Desviación dicho con sorna, pues imposible que un coche inmóvil se desvíe. Desviación de la persona sentada in situ, in tutú. Algunas respuestas: “noooo, es que así estoy más cómodo”; “noooo, es que acá estoy más tranquilo”, “noooo, es que si salgo igual me encuentro con algún indeseable”, “noooo, es que vuela mucha arena”, “noooo, es que sino me vienen a manguear y me caliento”, “noooo, es que la ventana no baja y si salgo me afanan el auto”, “noooo, es que me gustan los submarinos”, “noooo, es que tengo agorafobia”, “noooo, es que estoy esperando a tu hermana y arrancamos pal telo”, “noooo, es que estoy esperando a tu hermano y arrancamos pal telo”.
Descartando de toda consideración las dos últimas afirmaciones (el escribiente es hijo único), quedan respuestas todas atendibles. Entonces, la conclusión sería: puede que tengan razón. ¿Saben qué? Quédense adentro de sus autos y no rompan las tarlipes. No necesitamos más gente apelotonándose en las mesas de los bares ni en el murito de la rambla. Dicho en sándwich: ¡quédense haciendo migas adentro del auto, quédense!
Igual, de todas maneras, y con el mayor respeto: No deja de ser una pregunta insondable en el sentido literal de la primera acepción, es decir que no se puede hallar su fondo con una sonda. Ahora, con la segunda acepción sí. Calza justo. Que no se puede saber a fondo. Porque de última, algo raro hay, que no digan lo contrario. Algún golpe de chico, alguna secuela del parto, algo latente de una vida anterior, alguna fobia distinta a claustrofobia… Algo. Algas. Igual es fobia a las algas. Tanta fobia que se creen que éstas atraviesan la playa en busca de alérgicos como ellos. ¡Todas respuestas atendibles, ja! Jariola. Están como locos, están. Epestapan copomopo lopocopos, epestapan (dicho en sándwich jeringoso).

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