sábado, 29 de mayo de 2010

Animales que sobran

El planeta todo está preocupado por cuestiones como el cambio climático y la desaparición de las especies, pero si bien esto reviste cierta gravedad no hay que ser ingenuos ni inflexibles. Hay más de un bicharraco que puede desaparecer tranquilamente de la faz de la Tierra. Nadie lo va a echar de menos.
Concordante con lo anterior, acá va una lista de algunos de ellos, cosa de que a nadie se le ocurra crear una oenegé que intente protegerlos. Porque como decía el Jaime de los jugos Tang, no se lo merecen.

Viuda negra
Sin duda hay demasiadas arañas y algunas sobran, pero ésta en particular por ser un mal ejemplo para el sector femenino de la humanidad. Su costumbre de deborar al macho después del apareamiento es de lo peorcito que nos ofrece la variopinta madre naturaleza.

Babosa
Bicho desagradable si los hay, al que todavía está por descubrírsele alguna virtud o utilidad. Su desaparición significaría un interesante ahorro de sal gruesa, pues cada babosa insume igual cantidad de sal que un paquete de moñitas de medio kilo.

Puma
La desaparición de los pumas es imprescindible. De no ser así es imposible que alguna vez los teros ganen un campeonato sudamericano de rugby.

Rata
Por desagradables y sucias, muerte a las ratas.

Paloma
Las palomas son ratas con alas, por lo tanto se reitera el juicio anterior. Si se les tiene cierto aprecio es por culpa de Pablo Picasso, que con cuatro rayitas de moronganda las elevó a una posición que no merecen. El tucán o papagayo de la paz hubiera sido mucho más agradable, pero claro, para eso el señor tenía que esforzarse un poco más utilizando varios colores y no le dieron las bolas.

Grillo
Muy pintoresco su sonido, pero en horas importantes este bichito se transforma en toda una pesadilla. La molestia que genera al no permitir conciliar el sueño cuando más se lo precisa (al sueño, no al grillo) es decisiva para emitir un juicio categóricamente negativo en su contra.

Tábano, mosca, mosquito, gegén y similares
¡Qué decir de estos insectos tan insoportables! Sólo son lindos de ver cuando se lo manduca una iguana, lo aplasta una chancleta o se lo lleva el chorro de la cañilla para realizar un tour gratuito por las cañerías de la ciudad. Su desaparición se traduciría en un ahorro económico al no tener que gastar tanta plata en repelente. Además, al no cargar un recipiente de repelente queda más lugar libre en la mochila, por ejemplo para una petaca de grapamiel que nunca viene mal cuando la noche va llegando.

Pescado con espinas
Son molestos a la hora de comerlos acompañados de puré de papa, así que no los necesitamos. Con los que no tienen espina o casi ya nos es suficiente. Los demás, pueden desaparecer tranquilamente que no vamos a hacer ningún programa de televisión en su honor.

Bichito de luz fallado

Cuando viene fallado, un bichito de luz -también conocido entre sabios y sabiondos* como luciérnaga- no tiene razón de ser. Por fallado se entiende que no le funcione la lamparita, no que no pueda volar. Ahí es menos pintoresco porque su movimiento no es tan atractivo, pero sirve igual.

(*) Sabiondo: dicese de todo aquel que escribe sabihondo.

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