sábado, 17 de octubre de 2009

¿Vos y cuántos más?

-¿Vos y cuántos más? ¿Eeeehhhh? ¿Vos y cuántos más, gil? Te pensás que porque andás con esa pinta sos guapo. Pero no. Sos feo nada más. ¿A quién le ganaste? En boca cerrada no entran moscas... salame. Decí que me agarraste en un día bueno, que si no te remo de una hasta los accesos de la Ruta 1. Al último que se hizo el listo conmigo le llené la cara de dedos. No lo reconocía ni la jermu. La jermu es la mujer. Te explico porque tenés pinta de nabo. Jer-mu... Mu-jer... ¿captás gilastrún? ¡Qué ganas de complicarse la vida que tenés! Vos... justo vos... con esa carita de papanatas recién caído del catre, venís a meterme el peso a mí, al rey del mambo. ¡Cómo se ve que no me conocés! Perdiste una oportunidad preciosa de cerrar el pico. Y no me mires así. ¿Querés que te surta? Mirá que contigo me puedo divertir de lo lindo. Para que tengas y para que guardes te voy a dar. Vos pedí nada más, que tus deseos son órdenes. ¡Serás bicho raro! Con el día precioso que hay, qué ganas de venir a que te den para tabaco y hojillas. Se ve que te gusta recibir. ¡Qué cosita bárbara! El tipo no tiene nada que hacer porque es un vago y no se le ocurre mejor idea que ir a que le rompan la cara a guantazo limpio. Saliste vicioso de los hematomas, saliste. Si se entera tu vieja... pobrecita. Bueno, pensándolo bien, ella alguna que otra vez te debe haber alcanzado alguna que otra bolsa de hielo para atajar los chichones. Qué de disgustos le habrás dado a la pobre. Pero igual no aprendés. Venís acá a hacerte el guapo. ¡Mirá que sos pelotilla, ehhh! ¿Te fijaste cómo tengo los nudillos? Mirá de cerca, varón. Tienen la formita hecha de tanta piña que he repartido en mi vida. Desde la escuelita vengo atendiendo gallitos como vos. ¡Serás nabo! La verdad es que no se quién te dio manija para que vengas a pesetearme. Seguro un amigo no fue. O reconsideralo si lo creías amigo. Porque te mandó al muere. Mismo que al muere. Amigos eran los de antes, ehhhh. ¿Tenés la cédula y alguna tarjeta para que te identifiquen después que te agarre? Vas a quedar hecho un monumento al chichón, así que andá haciéndote a la idea. ¡Cómo te gusta comer puré y tomar con pajita! ¿Qué flores preferís? Por las dudas, digo. Por si se me va la mano. A veces agarro la bajada y no me para nadie. ¿Me descontrolo, viste? Y con logis como vos es con los que más me pasa. No se... como que me motivan. Tienen un no se qué los que vienen haciéndose los vivos sin saber que van a cobrar de una forma memorable. Encima eso. Vienen confiados. Después no vienen más... está claro. A vos te va a pasar lo mismo, fijate lo que te digo. Como que se te van a ir las ganas de pasear por el barrio. A veces veo alguno de esos guapitos como vos que pasan los meses y no se animan ni a ir por la vereda de enfrente, entonces terminan dando una vuelta a la manzana para evitar que vuelva a atenderlos. Porque si algo tengo es memoria visual, así que después no te pongas peluca para disimular que es peor. Eso me motiva en grado sumo, que se disfracen para que no los reconozca. ¡Mamitaaa! ¡En qué lío te metiste! Pero bueno, viniste solito así que vos sabrás. Ya estás grandecito. Problema tuyo. Hacete cargo, vejiga. Ahora no me arrugue que no hay quien planche, valor. Se sortea una golpiza y me parece que tenés todos los números. Así que aguantá, Naboletti. ¡Asustar a papá!... al rey de la lleca... al uno... a la versión criolla mejorada de Mano de Piedra Durán y Mike Tyson... al guapo de los guapos. ¡Qué gil que sos! Vos, venir a meterme el peso a mí. Estás en el horno, pollito. Ehhhh... ¿Vos? ¡Con esa pinta! ¡Qué banana atómica! ¿Vos y cuántos más, salamín?
-Como catorce seremos. Yo me adelanté para ver si estabas. El resto están entrando.
-Aaaahhhhh... ¡Negociemos, Inodoro!

No hay comentarios:

Publicar un comentario