miércoles, 7 de octubre de 2009

El debate es lo de menos

En cuatro semanas hay elecciones nacionales y todavía no se sabe si habrá debate televisivo. Que no, que sí, que no, que capaz, que no importa, que con tales condiciones sí, que si vamos en parejita, que me tenés miedo, que le tenés miedo, que si me conviene...
Por otra parte la importancia de que exista tal debate entre los dos principales candidatos también está en discusión. Hay quienes están a favor y quienes están en contra. Casualmente ocurre que una y otra posición se corresponde con las posibilidades de ganar de cada presidenciable: el que va ganando no quiere arriesgar así que no da debate y el que va perdiendo quiere descontar algún punto así que debate por supuesto. Mujica que nopo, Lacalle que por supu y el tándem Bordaberry-Mieres dispuesto a debatir hasta con Omar Freire si se diera el caso.
Llegados a este punto, la recientemente creada CNPEDNIUC* quiere llegar a usted para interrogarlo sobre qué tan necesario es escucharlos hablar. ¿Acaso eso es garantía de algo? ¿No fue demostrado mil veces que las palabras se las lleva el viento? ¿Los individuos en cuestión no han hablado lo suficiente como para que el jurado supremo dictamine Premio Desierto?
Trasladado esto a nivel personal y poniéndonos la mano en el corazón: ¿Quién no ha prometido en la oscuridad de la noche algo a largo plazo para obtener un beneficio ipso facto, aún a sabiendas de que estaba mintiendo? ¿Quién no ha prometido, jurado y perjurado el oro y el moro para lograr todos sabemos qué? El que esté libre de pecado, que se lo cuestione.
Si mentimos por premios nimios, ¿qué no se hará por sacrificarse cinco años para hacerse de una magra jubilación? ¿Cómo no caer en alguna mentirita piadosa, leve ocultamiento, falacia o burdo engaño del más alto nivel para ocupar por un lustro el acolchonado sillón, vetar alguna que otra ley, acomodar a un par de conocidos o guardarse algún cambio? La banda presidencial es puro sex appeal, por otra parte. Ni hablar de quedar inmortalizado en el nombre de una calle (si es una de las que corta 18 de Julio, tanto mejor).
Para escuchar lo que venimos escuchando, o lo que dicen sabedores ellos mismos de lo que callan u ocultan, mejor es ir a la esencia. Oséase: no hay que juzgarlos por lo que dicen, sino por lo que efectivamente hacen. Se repite: no hay que guiarse por lo que dicen sino por lo que hacen. Está en la tapa del libro. Todo lo demás es actuación con fines electorales. Llegados a este punto y en pro de brindar un servicio a la comunidad, días atrás la autodenominada CNPEDNIUC realizó una investigación con dicha finalidad.
Aclaramos desde ya que optamos por no revelar cómo ni cuando se obtuvieron las muestras de lo que hacen tanto Mujica como Lacalle. En primer lugar tenemos que salvaguardar la seguridad personal de quienes nos proporcionaron la materia para nuestro estudio. A su vez consideramos que puede haber balotaje y podríamos necesitar alguna muestra nueva, dando por supuesto que lo que hagan en esos días será distinto a lo que hacen ahora.
El análisis efectuado a las heces de José Mujica demuestra que este candidato se alimenta a base de acelgas, flores, su propio asado, algún que otro sapo y que de vez en cuando se toma algún vaso de vino tinto o clarete (nunca blanco).
Por su parte el estudio de las deposiciones de Luis Alberto Lacalle nos permite afirmar que su alimentación se basa en canapés, sanguchitos, whisky importado, hielo y un vaso de leche de tanto en tanto para cortar la acidez.
Por ahora este es nuestro primer aporte informativo a la ciudadanía. Toca a cada individuo considerarlo de la forma que crea pertinente. Nosotros cumplimos con poner esta materia sobre la mesa. Ampliaremos a la brevedad.


*CNPEDNIUC: Comisión Nacional Pro El Debate Nos Importa Un Carajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario