lunes, 28 de diciembre de 2009

"El banderazo del Partido Colorado lo iniciamos nosotros"

Uno de los principales operadores de telefonía celular del mercado local podría haber quedado al descubierto ayer tras la denuncia efectuada por un extrabajador molesto tras su despido de la misma. Según datos aportados por fuentes confiables del mundo judicial, en la mañana del día de ayer se apersonó en un juzgado de la ciudad un oriental soltero de 27 años e iniciales P.R.O.F.U., con material probatorio de los graves hechos.
De las palabras y documentos presentados por el denunciante se desprende que es una práctica habitual en las empresas de telefonía móvil disponer de un equipo de jóvenes cuya tarea consiste en elaborar e iniciar cadenas de mensajes de texto, para de esta forma generar la mayor cantidad posible de mensajes enviados por los usuarios, lo que redunda en importantes ingresos para las arcas de la empresa en cuestión. La ganancia obtenida de esta forma -a peso el mensaje- alcanza una cifra millonaria en dólares.
Al quedar en descubierto esta maniobra la sociedad uruguaya confirmaría un secreto a voces: que tanto mensaje pelotudo no podía ser iniciado por una persona con dos dedos de frente, salvo que hubiera por medio algún beneficio económico.
Este tipo de cadenas se hizo muy presente durante la recién finalizada campaña electoral. Fue por entonces que no había día en que un ciudadano común no recibiera algún mensaje en cadena de este tipo. Con el caso Feldman fue cuando más patente se hizo esto. "Las armas son de menganito", "las armas son de fulanito", "el sobrino de Feldman vota a fulanito", "el sobrino de Feldman vota a menganito", y unos cuantos más.
Pero el negocio de las cadenas de mensajes también da grandes dividendos con el fútbol, sino que lo digan los fanáticos de los equipos grandes en los días pre y post clásicos. "A Peñarol le dicen...", "A Nacional le dicen...", etcétera, etcétera.
Incluso están lo que en la jerga se llaman "sms chismosos". Estos sencillamente consisten en pasar los últimos chismes a formato sms y mandarlos a terceros: "Zutanito se da la papa", "Zutanita es torta", "A Perenganita la atiende..."; siempre refiriéndose a personajes públicos, claro.
Según explicó P.R.O.F.U. en su denuncia, los empleados destinados a esta sección están aislados del resto de sus compañeros, quienes desconocen en qué consiste realmente el trabajo de dicha oficina. A su vez al ingresar a la misma firman un documento de confidencialidad asegurando este secreto hasta ahora tan bien guardado, pero a cambio del cual reciben un buen dinero extra.
La documentación exhibida -entre la que hay recibos por el pago de jugosos honorarios- deja entrever que estos empleados cobran "premios" en función de cuántos reenvíos generan los mensajes originados por cada uno de ellos.
En su declaración el denunciante evitó poner ejemplos concretos de mensajes exitosos disparados desde la empresa para la cual él trabajaba. Solo en una ocasión hizo referencia a un mensaje de texto específico: "El banderazo del Partido Colorado lo iniciamos nosotros, pero ese día no sacamos ni para los bizcochos de la tarde".
A partir de ahora la sede judicial correspondiente dará inicio a las investigaciones para confirmar o no los hechos denunciados, que coinciden con algo que muchos suponían ya: que este no es un caso aislado y que seguramente todas las operadoras de telefonía móvil tengan una oficina oculta desde la cual secretamente un grupo de desconsiderados, mientras con una mano se rascan las partes, con la otra dan inicio a una cadena de sms que tarde o temprano nos llega a nuestro celular.

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