domingo, 26 de julio de 2009

Dígame usted qué le vieron.

Digame usted qué le vieron

Sr. Director.
Presente.

Sin la mayor reconsideración.

Me permito escribirle porque hay un hecho que no deja de sorprenderme y malhumorarme. Seré claro desde un comienzo para que no digan que soy como los relatores de fútbol, que le ponen terrible color y cuando uno ve la realidad le dan ganas de llorar o de agarrar del pescuezo al maula que sale por radio. Bueno, debo decir que la comparación no es acorde al caso, pero tenía ganas de decirlo. Si va a publicar ésta carta, aprovecho la volada. ¿O se dice –escribe, perdón- bolada? ¿Viene de bola bolear boleadora o de vuelo volátil volar? Es que usten no se imagina la desilusión que significó para mí ir a un clásico en verano por culpa de los manijazos de los que quisieron ser futbolistas y no fueron a entrenar pero le encontraron la vuelta para vivir del ilustre balompié autóctono, que tiene su mérito visto y considerando. En fin. Voy al tema que me hizo enviarle esta misiva.
Creo yo, humildemente, sin ofender a nadie, que esto se está yendo al reverendo carajo. Que Halloween. Que San Valentín sin ir más lejos la semana pasada. Que Saint Patrick. Que Spiderman. Que el baño del caño. Susana y Marcelo. La extranjerización de la tierra. Las plantas de celulosa. Arándanos. Aceite de oliva. Energía eólica. Las bombachas de los gauchos. La murga de Cádiz. A todo le decimos que sí, dale que va, siguan mandando. Mientras tanto, nuestras más elementales tradiciones se van por el caño con papel higiénico perfumado, que para qué sirve ya me dirán. Pero todo tiene un límite. ¡Con el Bobby no!, diría Olmedo (y dale con la invasión cultural), pero es cierto. Resulta que ahora la juventud se dedica a tomar Fernet. Sí, aunque usted no lo crea. Solo falta que empecemos a consumir cerveza Quilmes. Hasta ahora la posición sobre tal cerveza es unánime, pero no digan después que no estaban avisados del cambio que se viene. En unos añitos, todos hablando bien de la Quilmes y de la yerba con palito y de la pava y del mate dulce y de la calidad interpretativa de Wanda Nara o como corno se escriba.
¿Fernet? Why? Pourquoi? Perché? Per què? Waarom? Es cierto que puede haber cierta subjetividad negativa a partir de dos malas experiencias vividas en carne propia, pero que alguien explique a qué se debe que esa bebida espirituosa de la vecina orilla está de moda entre nuestra juventud.
Resulta que en un bar del barrio –que está de onda-, se toma más Fernet que otra cosa. Hace varias noches que concurro a dicho antro para confirmar el dato. Me está saliendo carísima la confirmación in situ, pero todo sea para no faltar a la verdad.
Sobre fin de año, acodado azarosamente en la barra del susodicho lugar, observé cómo la casi totalidad de los jóvenes pedían Fernet con cola. Empezaron a llegar los turistas del vecino país, pensé, pero estaba equivocado. Ante la consulta realizada al botillero del local el mismo me respondió que tal clientela eran ciudadanos nacidos en esta tierra (o sea en esto que temporalmente y vaya a saber por cuanto tiempo llamamos Uruguay porque las fronteras son como las olas del mar en la orilla solo que visto en siglos). Sí, como lo lee. Jovenzuelos orientales dedicados a escabiar fernet sin inmutarse, tan panchos ellos. Teniendo el clásico, tradicional y tan nuestro medio y medio. ¿Se acuerda señor director? Medio de caña y medio de vermú rojo. Si hasta lo debe haber inventado el prócer José Gervasio, en alguno de los ratos libres que le obsequió el primer sitio de Montevideo –fuera gaitas- o el Éxodo también conocido como Redota. Por no hablar del tiempo que dispuso en Paraguay, pero como nunca más quiso venir al Estado chico que terminamos siendo creo que es mejor descartar que lo haya inventado allá. Ha no ser que Ansina… o que en el jonca estuviera la receta. Como sea, el punto es que la juventud estaba esa noche tomando fernet y como pequeña venganza se me ocurrió pedir un medio y medio y resulta que no vendemos medio y medio porque se nos llena de viejos y esa es otra clientela que no nos interesa, ¿entendés? Y yo no entiendo, la verdad. Entonces el otro día también. Dale al fernet y no vendemos medio y medio. Y anoche peor porque la gurisada entraba a pedir fernet (word de mierda, cada vez que pongo fernet me corrige a Bernet, que vaya a saber uno quién o qué fue o es) y no había Bernet porque el fernet se había terminado, pero el cliente siempre tiene la razón exceptuando si quiere medio y medio, así que si aguantás un rato ya llegan unas botellas, recién traído de la madre patria más próxima y medio y medio no porque es un brebaje muy reo, ¿sacás? y esa clientela no nos interesa y además a quién se lo puede ocurrir tomar un medio y medio en Montevideo pudiendo embuchar fernet con coca, vaya idea más loca, medio y medio justo en este bar con todos los que hay la zona y me enrosqué, perdón señor director, ha sido muy amable y no le quito más tiempo y espacio, pero compréndame tenía que desahogarme muchas gracias y cuando quiera lo invito a una copita siempre y cuando no sea... usted ya me entiende, un güisquicito si acepta y no es molestia para mi sería un honor.

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